Al principio desconfiaba de la idea de hacer un concierto online. Conforme iban pasando los días en casa y se iban desmoronando los proyectos de los próximos meses me fui animando a hacer improvisaciones con el acordeón, ya que hay un fuerte componente de autoterapia en ellas. #RuidoVírico (festival por streaming de electrónica para sobrellevar el confinamiento) me invitó a compartir una de estas sesiones el pasado domingo y no puedo estar más feliz de haber participado. Me llegaron los comentarios post-concierto más bonitos y personales que me han dicho nunca. Compartir algo así en estos días tan excepcionales es algo que no se me olvidará nunca. Y para asegurarme he subido la grabación del concierto a YouTube. Aquí la tenéis.